La delincuencia en Guatemala es algo común, y por desgracia nos ha involucrado, directa o indirectamente, a todos. Nuestro país, uno de los más violentos del mundo, día con día saca a luz noticias que enlutan la vida de muchas familias. Los delincuentes han encontrado la forma de atemorizarnos a través del asesinato de pilotos de autobuses. Las estadísticas nos muestran que en pocos años se ha incrementado esta desagradable situación, ahora es el momento de preguntarnos: ¿Qué hacen las autoridades para detener esta ola de violencia? ¿Cuánta sangre más se tendrá que derramar para que se tomen acciones? ¿Será necesario esperar a ver más imágenes de dolor de aquellos que pierden a un familiar? Es el momento de actuar para detener a estos personajes que nada más tratan de mantenernos en una sicosis colectiva. Aunque es una tarea que le dejamos a las autoridades, también es nuestra responsabilidad actuar para encontrar una solución a la problemática.
