sábado, 11 de septiembre de 2010

Estructura del mal gusto de Eco; lo bello y lo feo


El mal gusto surge de igual suerte que la que Croce consideraba como típica del arte: todo el mundo sabe perfectamente lo que es, y nadie teme individualizarlo y predicarlo, pero nadie es capaz de definirlo. Y tan difícil resulta dar una definición de él que para establecerla se recurre no a un paradigma, sino al juicio de los expertos, es decir, de las personas de gusto, sobre cuyo comportamiento se establecen las bases para definir, en precisos y determinados ámbitos de costumbres, lo que es de buen y de mal gusto. En ocasiones su reconocimiento es instintivo, deriva de la reacción indignada ante cualquier manifiesta desproporción, ante algo que se considera fuera de luga


Si se examinan los sinónimos de "bello" y "feo", se ve que se considera bello lo que es bonito, gracioso, placentero, atractivo, agradable, agraciado, delicioso, fascinante, armónico, maravilloso, delicado, gentil, encantador, magnífico, estupendo, excelso, excepcional, fabuloso, prodigioso, fantástico, mágico, admirable, valioso, espectacular, espléndido, sublime, soberbio, mientras que feo es lo repelente, horrendo, asqueroso, desagradable, grotesco, abominable, odioso, indecente, inmundo, sucio, obsceno, repugnante, espantoso, abyecto, monstruoso, horrible, hórrido, horripilante, sucio, terrible, terrorífico, tremendo, angustioso, repulsivo, execrable, penoso, nauseabundo, fétido, innoble, aterrador, desgraciado, lamentable, enojoso, indecente, deforme, disforme, desfigurado (por no hablar de cómo el horror puede aparecer también en terrenos como el de lo fabuloso, lo fantástico, lo mágico y lo sublime, asignados tradicionalmente a lo bello).

A menudo la atribución de belleza o de fealdad se ha hecho atendiendo no a criterios estéticos, sino a criterios políticos y sociales. En un pasaje de Marx ( Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 ) se recuerda que la posesión de dinero puede suplir la fealdad: "El dinero, en la medida en que posee la propiedad de comprarlo todo, de apropiarse de todos los objetos, es el objeto por excelencia. Mi fuerza es tan grande como lo sea la fuerza del dinero. Lo que soy y lo que puedo no está determinado en modo alguno por mi individualidad. Soy feo pero puedo
comprarme la mujer más bella., por tanto, no soy feo.

Decir que belleza y fealdad son conceptos relacionados con las épocas y con las culturas (o incluso con los planetas) no significa que no se haya intentado siempre definirlos en relación con un modelo estable. Se podría incluso sugerir, como hizo Nietzsche en el Crepúsculo de los ídolos , que "en lo bello el hombre se pone a sí mismo como medida de la perfección" y "se adora en ello. El hombre en el fondo se mira en el espejo de las cosas, considera bello todo aquello que le devuelve su imagen. Lo feo se entiende como señal y síntoma de degeneración,todo indicio de agotamiento, de pesadez, de senilidad, de fatiga, toda especie de falta de libertad, en forma de convulsión o parálisis, sobre todo el olor, el color, la forma de la disolución, de la descomposición todo esto provoca una reacción idéntica, el juicio de valor ´feo.

Teniendo un conocimiento de lo que es bello y lo que es feo, puedo definir la escultura que más me gusto y la que menos me gustó de las observadas en nuestra clase presencial del día domingo 5 de septiembre; atendiendo a lo anteriormente explicado sobre estos antónimos.


La más bella

La escultura que más me llamó la atención fue la llamada Simbiosis del canadiense Pascale Archambault pues denota gracia, fantasia, imaginación, etc. Para gusto propio, es la escultura mejor realizada, con el mayor toque de belleza. Además se ve como más natural.



La más fea


La escultura más fea, para mi gusto, sin duda
alguna es la llamada Espíritu, del búlgaro Petre Petrov, pues si nos basamos en su nombre, de espíritu no tiene nada, no me inspira, lo veo sin gracia, sin gusto.

Aunque yo he determinado estas obras como bella y fea, se debe tomar en cuenta que esto es por gusto propio y que cada persona tiene su propia percepción y su propio punto de vista. Lo que quiero decir con esto es que si siento un determinado gusto por estas esculturas no quiere decir que así sea en realidad, pues cada persona ve el mundo de diferente forma, y lo que para mi es bello, a lo mejor para otro es feo y visceversa.

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